domingo, 26 de abril de 2009

Y te reconocemos...



En una semana de no creer, queriendo amar esto que voy intentando, me voy dando cuenta cuánto me cuesta reconocerme. Leyendo el relato de Emaús, y pensando en esto de ser reconocido, es clarificando la verdadera imagen de sí mismo que Jesús, el Cristo se muestra a sus discípul@s.

¡Cuántas imágenes de Jesús circulan! En el comentario de las y los creyentes medios, en los discursos oficiales, en los medios de comunicación, en lo oculto de las comunidades, en la vida de quienes son silenciados.


Leyendo el evangelio del domingo y escuchando la Palabra en la celebración se me ocurría que las apariciones del Resucitado en una manera tan corpórea, la insistencia de quien escribe en describir la escena con tantos detalles, tiene que ver con la intervención en la historia. Todo lo que pasa con el Dios de Jesús es HISTORIA.


Es tomarse en serio la encarnación. Es por esto también que me quedó tanto un verso de la canción Buenos Amores de Abel Pintos: los buenos amigos, verdaderos dueños de las razones para vivir. Son ellos y ellas con quienes comunitariamente vamos haciendo camino en esta historia que construimos con el Dios de Jesús. Con ellas y ellos discernimos qué hacer, qué pasos dar en el discipulado, en la misión.


Y aunque muchas veces Jesús nos parece un espíritu irreconocible, vamos dando pasos hacia Él que está Resucitado en la Historia con las marcas y los signos de la muerte y que por Su presencia, se vuelve Vida.

Hasta la próxima.
Diego

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