viernes, 3 de abril de 2009

Mucha palma, mucho grito…




…pero en el momento de jugarse, todos miraron para otro lado.

Esto es lo que me hace pensar el domingo de Ramos. La relación que hace la liturgia entre la entrada a Jerusalén y la lectura de la Pasión. Y es lo que me sigue pasando tantas veces a mí. Mirar para otro lado. Es lo que estoy revisando constantemente y tomando decisiones para mirar donde tengo que mirar y optar por quienes hacen que mi corazón vibre apasionadamente. Es un lento proceso pero sin pausa. La conversión predicada durante toda la cuaresma es precisamente un cambio de mentalidad. Y para eso, voy cambiando mi modo de mirar. Dejándome ayudar y disfrutando este presente que es un gran regalo.
Mi corazón está en paz e inquieto. En paz porque creo estar viviendo intensamente. E inquieto porque sigo buscando cómo ser fiel al sueño que me inspira. Una paz en movimiento.

Feliz semana.
Abrazo tierno.
Diego

No hay comentarios: