Las dos historias familiares tienen sus propios secretos, esas cosas de las cuales no se habla y que traen marcadas en sus personalidades, en sus maneras de relacionarse y en sus modos de entender la realidad. Como vos y yo. Cada cual trae un mundo de la mano. Y es ese mundo, en esas circunstancias, el que hace que hoy interpreten lo que viven.
Tienen en común que están dando pasos de comunicación. Quieren hablar. Quieren pronunciar sus propias palabras. Empiezan a balbucear y van encontrando las primeras pistas. Es fascinante acompañarla. Es desafiante acompañarlo. Y me siento privilegiado al hacerlo.
También me pasa que, por el tiempo que estoy viviendo de incertidumbre y de inquietud, me fui alejando de lugares y espacios habituales. Siento los reclamos, propios y ajenos. Los vivo, y me sostengo en esa distancia. Creo y apuesto que esta distancia sea la óptima. Al menos seguro que por ahora es la posible. Ojalá logre recrear los vínculos diezmados. Y si no, que haya valido la pena. Corro el riesgo. Quizá pierda. Quizá gane. Así estoy viviendo. Así quiero vivir este momento.
Nació Matías. Murió Felipe. Nos encontramos con Pilu y Jona. Vive Lorena. Sobrevive Pablo. Kari y Jose son caricias al corazón. Me duele la ausencia de Laura. Me desencontré con Rosi. Hablamos con Vero. Soñamos con Mariano. Espero a Horacio. Nos bancamos con Tony. Disfruto con Ailu. Me descargué con Raúl. Charlamos con Lú. Nos acompañamos con Tito. Sufro a Poro. Nos asociamos con Clari. Cenamos con Santi y Kari. Rezamos con Maka. Nos abrazamos con Verito. Nos sostenemos entre los Brother´s. Le respondo a Matías. Me conmuevo con Micaela. Dialogamos con Ili. Escuché a Carlos. Miré a David. Camino con Mechi.
Y así seguimos poniendo el corazón y un paso tras otro en la huella que se va abriendo en esta historia. Entre santos y santas, a la espera de la Resurrección Final, esperanza y motivo para seguir apasionad@s por el Reino. ¡Siempre alegres!
Abrazo de gol.
Hasta la próxima.
Diego