lunes, 6 de octubre de 2008

Una historia, muchos sentimientos, pocas palabras


Una charla entre cuatro paredes, perdón, fue un monólogo. Ella llegó al punto que no podía ya defender sus ideas, argumentar sus sentimientos y pensamientos. Entonces la otra persona, sentada frente suyo, comenzó a hablarle. Primero la miraba. Iba diciendo: ¿Como te sentis? ¿Como te fue esta semana? ¿Como viviste lo que paso?. Ella respondía como respondes vos a veces, "Bien" "Ahí andamos" "Cansadora la semana, muchas cosas" "Por fin terminamos". Hasta ahí todo iba sin novedades. Un encuentro normal, una conversación sin muchas palabras. Y comenzó el monólogo, frases que ella no entiendía, que prefería no escuchar, que le generaron dolor, por lo que ella contó después. La otra persona, sentada frente suyo le dijo: "Tus intentos en este tiempo no sirvieron para nada". Rompió a llorar. "No podés intentar algo solamente por tres o cinco días" "Para poder cambiar un aprendizaje, para desaprender y volver a aprender, tenes que repetir un hábito por días, meses, quizás años". Y ella sigue sin comprender. Y no la puedo ayudar. Esa otra persona, terminó su "monólogo" diciendole: "¿Porque te acostumbraste a este sentimiento?". Y ella no se acostumbró. Por lo que me dice, por lo que me cuenta... Solamente, creo yo, no logra entender que pasa y, entonces, no sabe como solucionarlo.


Clari

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