
Una semana con hondas repercusiones por lo escrito. Tanto el silencio como las palabras generan preguntas que buscan respuestas. En todos los ámbitos donde pongo en juego quién soy, y me expongo a las miradas y opiniones de much@s. Es parte del juego. Caretas, atrevimientos, transparencias, honestidades, escondrijos, comodidades, apuestas, desafíos, búsquedas, claridades y oscurecimientos. Y todo a la vez.
Es seguir para hacerme cargo del proceso, propio y ajeno, de discernimiento y de esclarecimiento de situaciones, oportunidades y decisiones.
Siento que quiero dar cuenta de mis sueños. Tiempos difíciles para lograrlo. Pero a tiempo para intentarlo.
Como el Amarás del Evangelio. Integrador de tantos fragmentos, particiones que quiero ofrecer, así tal cual estoy, así como quiero ser.
Palabras sueltas con destino
Qué fácil creer para un fuego de artificio
ser estrella e iluminar a quién.
Pequeño payaso que entretiene
y que se expone para esconder
detrás de tanta risa, un miedo atroz a vivir.
Un sostén en una historia sin común,
para olvidar una historia tan común
de mediocridades plasmadas en otros.
Que en lo distinto busca una identidad
prestada sin devolución. Ni crédito.
Ignorancia supina que te metiste en mi vida,
desde qué lugares, lejanísimos.
Creés conocerte, creés conocerme,
y tan sólo lográs alejarme. Tal vez.
Hasta la próxima.
Un abrazo continental.
Diego
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