Don Bosco toma todo lo que le sirve para poder responder mejor las necesidades de los jóvenes pobres y sus constantes desafíos. El viaje a Milán, en 1850, tiene el sentido de confrontación con experiencias similares y así poder enriquecerse mutuamente. Y pensar que a nosotros nos cuesta trabajar mucho en red. Además de creer que agotamos la experiencia juvenil. Y no sólo desde lo eclesial, sino también desde lo social.
La originalidad del Oratorio es DON BOSCO MISMO. Su persona, su pasión, su capacidad de entrega por una causa, por amor de Dios a los jóvenes. Por COMPASIÓN!!! La dimensión educativa de los oratorios respecto a la mera catequesis de los oratorios josefinos. Don Bosco entiende la promoción humana como evangelización. El trabajo como santidad, como encuentro íntimo con Dios. Como aporte para un mundo nuevo y distinto, más justo, más para sus muchachos pobres.
Esto de ser un vasto movimiento de personas, apasionadas por el Reino, respondiendo a las necesidades de los jóvenes pobres y su mundo.
“Hacer Oratorio es hacer y rehacer, repensar y reestructurar, reinventar y reverbalizar el Sistema Preventivo con aquellos típicos «jóvenes pobres, abandonados, en peligro y peligrosos» que respondan a los que inspiraron la pasión pastoral de Don Bosco”. Será Oratorio si en su forma ágil y festiva, habla el lenguaje de los jóvenes y se adecúa a sus instancias y necesidades básicas.
Don Bosco Publicista:
Es por la necesidad de sus muchachos que se decide a publicar, a escribirles a ellos sobre política, religión y moral. Es para ellos que pasa noches sin sueño y dedica todas sus energías porque no saben qué hacer. Y es tanta la dedicación que llega a tener la mejor imprenta y la más profusa y fecunda producción de su tiempo y en su lugar. Las Lecturas Católicas, una colección que aún continúa de alguna otra manera, nacieron de la preocupación de don Bosco por la formación religiosa y moral de los más pobres de los pobres, en todo el sentido de la palabra, ante las situaciones de confusión y de angustia en las que se debatía la Iglesia, la familia y la sociedad durante los momentos de cambio político-religiosos y culturales que vivió en su tiempo. Toda una innovación. Y todo porque los muchachos y los ambientes populares lo necesitan. Y hoy: ¿qué necesitan nuestros muchachos y chicas?¿Qué necesitan nuestros barrios ante tanta incertidumbre y la más diversa oferta de no-lugares, de no-vidas?
Don Bosco Fundador:
Primera novedad: la obra de don Bosco, desde 1841, la inicia con LAICOS Y SACERDOTES DIOCESANOS. Es recién, luego de varias presiones tanto eclesiales como civiles, que se resuelve a realizar la congregación para la continuación de la obra de oratorio ya emprendida (1859).
Todo para el bien de los muchachos. Como dice él mismo, en el 1841:
“Conmovido por la condición de los muchachos más pobres…”
El proyecto original de asociación de don Bosco es LAICAL. Siempre tuvo temor a que los sacerdotes le clericalicen la propuesta. Cosa que sucedió con el tiempo. Una de las razones es por los momentos eclesiales y sociales que, ante tanta secularización en Italia y en toda Europa, polarizó en exceso esta clericalización.
Don Bosco quiso prever esta situación pero las situaciones en ese momento no se lo permitieron. Aún hoy todavía no se llega al proyecto original en el sueño de don Bosco.
Nos preguntamos con Checho: si don Bosco fue fiel a su tiempo, respondió a las necesidades de los muchachos en esa situación social-eclesial: ¿cuál es la respuesta carismática al tiempo de hoy? ¿Qué significa leer los signos de los tiempos desde el Evangelio en los muchachos pobres y su mundo? ¿Qué sería la vida religiosa para los jóvenes pobres del siglo XXI?¿Cómo sería una forma asociativa con ellos y para ellos?
Es aquí donde radica nuestra pregunta más honda. Ser fiel a don Bosco es ser fiel a este tiempo como hizo él. Es respuesta a las necesidades urgentes de los muchachos pobres, su mundo y el Evangelio. Es en ese tejido que nuestras vidas se van entramando.
La Congregación fue y tiene que seguir siendo respuesta a esas urgencias. Si no lo es, deja de tener su razón de ser. La novedad del Oratorio y su continuación (la Sociedad Salesiana) es de índole popular, con y para los muchachos pobres, abandonados, en peligro y peligrosos para una sociedad que ya no los mira más que de reojo.
Volver a don Bosco es volver a este sueño original: ser todo para ellos y ellas. Ser respuesta significativa para sus necesidades y urgencias.
Así, la Obra de Salinas de Guaranda se entiende como Oratorio, porque responde cabalmente a esas urgencias. Y estando ahí, compartiendo las mismas necesidades con la gente, convocando su capacidad solidaria, de acogida, de encuentro y de organización, desde ellos y con ellos, es que se logra semejante realización comunitaria.
Estar esos dos días en ese lugar, que además de bello por su geografía, es bello por su gente, pobre, digna, trabajadora, hospitalaria. Un lugar para seguir creyendo que el sueño es posible, y mucho más si lo soñamos junt@s.
Con ternura y paciencia, empujando la historia.
Abrazo de gol.
Diego sdb