Hola!
Ya hace un poco más de dos meses que terminó el retiro que hicimos junt@s en Tandil, y aún así están latentes aquellos momentos vividos y compartidos en plenitud; y así redescubro en este tiempo, que esos momentos son los que realmente perduran, gratifican y construyen a lo largo del tiempo.
Y es justamente el tiempo sobre el tema que quiero compartir (algunas sensaciones, que no son siempre muy claras hasta que revisamos sin condicionamientos nuestras vidas). Termina el retiro y es un tiempo "nuevo", en que te sentís renovado, con más fuerzas en todo sentido, y hasta a veces "mejor persona" (¿por qué no?). Pero sin embargo, a veces, poco a poco como en un paracaídas o repentinamente como si este no se hubiese abierto; caemos en una realidad distinta a la que esperamos. De repente llego a mi casa y me peleo con mi padres y hermanos; no soy esa persona tan abierta y flexible a escuchar; ante ciertas personas que no comparten nuestros valores me vuelvo una persona tan vacía y superficial que ni siquiera me reconozco de hace dos meses atrás en que estabamos aprendiendo "modos de humanización", (¿dónde está toda esa fuerza espiritual?). Y acá esta mi aporte (¿cuánt@s nos volvemos esclavos de la rutina?). Siento que cuando volvemos de una misa, retiro o simil; venimos a otro "ritmo espiritual" y con esas "Fuerzas" renovadas; es decir con otros tiempo distintos a veces al que manejamos en la vida diaria; ese tiempo se puede volver generalmente según la persona muy "acelerado"; y cuando es así, también por inercia cotidiana de la rutina, pasa nuestra vida también a un estado "descontrolado" (stress, control sobre nuestro dominio propio, emociones negativas, etc...; cero vida en plenitud). Muchas veces por esta razón, nos es muy difícil encontrar y poner en práctica ese modelo ideal que tenemos y que buscamos constantemente de una forma u otra, para llegar a esa vida plena y felíz. Sabemos que todas las experiencias son distintas según la persona que las perciba, dado que todos somos distintos y con diferentes experiencias de vida; y por ende son también diferentes las reacciones ante determinadas situaciones. Por esto tengo algunos consejitos para quienes se sientan identificad@s. Primero, aunque es necesario, no mirar el reloj para ver cuanto tiempo queda, sino para ver precisamente que hora es o en su defecto cuanto tiempo falta (y si es este último caso disfrutar el momento). Otra cosa importante es poder hacerse siempre un tiempo en esa rutina cuando no estemos "acelerando" para disminuir o frenar el ritmo; es decir aprovechar alguna pequeña cosita al máximo (algún mate; encuentro con un amigo; la posibilidad de ayudar a otro, un tiempito de meditación, etc...). Tan importante es descubrir en estas cosas sencillas la verdadera felicidad; y aun más profundamente pero también sencillo encontrar la misma presencia de Dios vivo en esos pequeños y cotidianos momentos de la vida (¿cuán simple son las cosas y cuán complicadas las hacemos no?).
Bueno espero que de algo les haya servido. Este es mi humilde aporte y les dejo dos de mis frases célebres favoritas que está bueno recordar (una es la del retiro; si se acuerdan; jaja)
“La felicidad humana no es producto de los grandes acontecimientos de la vida sino de las pequeñas vivencias cotidianas”. Benjamin Franklin.
“Es la voluntad de creer y vivir la vida como un milagro, lo que hace que los verdaderos milagros ocurran”. Paulo Coelho.
b14 - Ensenada
No hay comentarios:
Publicar un comentario