miércoles, 31 de diciembre de 2008

MORIR PARA NACER - final del 2008


Nos encontramos en la idea de transmitir esto que nos genera la Navidad y el Año Nuevo. Muchas son las palabras, los sentimientos, los deseos. Hoy queremos compartir un poco de la experiencia de la confianza. De la esperanza. Del amor. Porque quien confía, espera y quien ama, confía.

Y pensamos en lo que provoca cuando te dicen: “no te creo nada”. ¡Cuántas veces nos hemos culpado y revisado personalmente! Hemos hecho cambios para adecuarnos a las y los demás para que nos crean, para que nos quieran (que es el mismo movimiento amoroso) y así nos hemos desperdiciado. Confiar-amar-esperar, aun en la duda, aun en la incertidumbre, aun en la oscuridad es la apuesta continua que vivimos haciendo. Es ardua, tiene oscuras quebradas, idas y vueltas, a veces confusas, otras más lúcidas.

Entonces, mirando Aquel Día, donde el Misterio de Amor se hizo ser humano, se trató de esto. De confiar. Y así nadie queda afuera de la invitación a vivir en esta lógica. Todos los que estaban allí creyeron en gestos, palabras, sentimientos... Y ¿quiénes estaban allí? ¿Quiénes son los personajes de la escena primera de la Navidad?

Reflexionando sobre esta, nuestra realidad, y leyendo la Palabra, caemos en la cuenta que el Dios de Jesús nos ama, confía en nosotr@s y espera pacientemente sólo desde Él. No porque le demos demasiados motivos para creernos, amarnos, esperarnos. Parece obvio por el mundo que estamos habitando. Pero, al momento de actuar, de vincularnos, es la misma invitación para aquellos y aquellas que quieran amar como Él. Nos sentimos amad@s así. Y nos animamos, con muchas dificultades por nuestras historias personales, a amar así.

Y te invitamos a preguntarte: ¿tu confianza es así? ¿confiás en la esperanza? ¿creés en la esperanza? ¿querés amar así?

Como último día del año queremos dar muchas gracias al Dios de Jesús y a Vos por este espacio. Por lo que pudimos plasmar y por lo que aún falta. Por aquellos y aquellas que aportaron lo que les pasaba para ayudarnos a pensar, a sentir, a hacer. Confiamos. Amamos. Esperamos.


Aprendemos de Él. De su confianza-amor-esperanza desproporcionada...


Fuerte y tierno el abrazo de paz que nos damos.
Porque creemos en el asombroso poder del abrazo humano.

¡Feliz Año Nuevo!

Clari&Diego
Soci@s


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