La historia grande de la Vida

Pasó más de una semana. Es que el viernes, cuando me disponía a escribir, empezamos un finde realmente distinto. El modo de acompañar a Nati en la despedida de Nora, su mamá, fue estando cerca y cuidando, con Vero, a Santi, de apenas casi 2 añitos. Quien me conoce sabe que es para mí una gran novedad. Una más en este tiempo tan intenso de cambios. Y como viene siendo en estos momentos, nada buscado, todo encontrado. Atento a lo que pasa, dejo fluir la vida que avanza.

Otra vez, la vida y la muerte en danza. Como en la Transfiguración. Primicia para la fe, para apostar, para seguir. Una transfiguración en la vida cotidiana. Miradas nuevas. Otra percepción. Quizá viendo lo mismo desde otro lugar. No sale mucho más. Al menos, por ahora. Quizá, en unos días procese esto que vivo y surja en poesía, en canción.

Hasta tanto, Nora, volvamos a vernos, que Dios te guarde en la palma de su mano. A vos y a tantas y tantos que caminan la historia grande de la Vida.

Abrazados, sosteniéndonos en el dolor y la tristeza de la despedida, seguimos serenamente nuestro camino.

Hasta la próxima.
Diego