
Otra semana intensa de estudio. Mucho más ya que se me juntaban tres evaluaciones en un mismo día. Y eso le dio un color distinto a los días. Por un lado fue traspasar mi experiencia y práctica pedagógica a través de los textos leídos durante el año pasado en la materia Pedagogía. Articularla con la película Mentes Peligrosas (si no la vieron es muy recomendable) e ir haciendo síntesis desde don Bosco. Volví a leer algunas cuestiones sobre él y sus opciones, su vida, su obra. Ha sido un momento terrible y fascinante a la vez. También tuve la oportunidad de hacer algo nuevo y distinto. Jamás había trabajado con niñ@s pequeñ@s. Nunca. Y si estaban lejos, mejor. O mejor dicho, en el patio, con caramelos, sonrisas y canciones, hasta ahí llegaba mi amor. Pero para Psicología Evolutiva tenía que hacer una entrevista docente, observación en el patio y observación en el aula. Y analizarlo críticamente a partir de la teoría del desarrollo de Piaget, Freud y Erikson. Y me gustó hacerlo. Y más me gusta por la posibilidad de empezar a entender un mundo que apasiona a gente que amo. Y que me anima a seguir para comprender más aún. Llegó el jueves, y rendí el final, entregué el trabajo parcial y evaluaron mi proceso grupal. Todo muy bien. Y contento porque vamos viviendo el objetivo de este tiempo. Y así, seguir empujando la historia.
En medio del estudio y estas reflexiones me viene a visitar mi papá. A tomar unos mates. Y no era el mejor momento para cortar con el trabajo. Pero es tan lindo estar con él que lo disfruté mucho. El domingo cumple 70 años. Y lo festeja en la casa de su hermana. Una de l@s diez herman@s que tiene. Desde que mamá está internada por su enfermedad neurológica, él recuperó esos espacios y los está aprovechando. El domingo pasado estuvo en La Boca, en su barrio natal. Y me dijo: “hacía tanto que no iba…”. Almorzó en la Chirilísima, el bar que tiene su hermano Cucho ahí nomás de la Bombonera, el estadio más lindo y famoso de la Argentina. En donde LATE LA TIERRA… jajajaja. Bueno, sigo con mi papá, con el cual y del cual me apasiona tanto el fútbol. Yo tengo un curso toda la semana. Lo empezamos mañana y es hasta el jueves. Es sobre pastoral adolescente en contextos de pobreza y riesgo social. Pero el domingo falto a la tarde y me voy a festejar con él y los tíos esta vida que nos vamos regalando y que hacemos fiesta con el Dios de la Vida.
También, durante la semana fui tratando de ir resolviendo ciertas ansiedades que voy viviendo. Es que mi forma de amar me duele. No renuncio a eso. Pero duele de impotencia, de incomprensión. Es que amar con tanta intensidad, ocupado y preocupado por cómo está, cómo vive, qué le pasa, qué necesita… ¿Cómo amar según lo que el otro y la otra necesitan? Y que nos haga bien. Y que crezcamos. Y que creamos. Y que vivamos en plenitud. Amar/Doler, dos caras de la misma moneda. Siento que es el desafío de toda mi vida. Y en eso estoy. Y por acá pasa mi pasión. Y el Reino. Este desafío es el tesoro escondido en un campo que encontré. Y lleno de alegría, vendo todo para hacerme de este tesoro.
Gracias por seguir compartiendo la historia. Y hacernos cómplices en el Espíritu.
Hasta la próxima.
Abrazo firme y tierno.
Diego
En medio del estudio y estas reflexiones me viene a visitar mi papá. A tomar unos mates. Y no era el mejor momento para cortar con el trabajo. Pero es tan lindo estar con él que lo disfruté mucho. El domingo cumple 70 años. Y lo festeja en la casa de su hermana. Una de l@s diez herman@s que tiene. Desde que mamá está internada por su enfermedad neurológica, él recuperó esos espacios y los está aprovechando. El domingo pasado estuvo en La Boca, en su barrio natal. Y me dijo: “hacía tanto que no iba…”. Almorzó en la Chirilísima, el bar que tiene su hermano Cucho ahí nomás de la Bombonera, el estadio más lindo y famoso de la Argentina. En donde LATE LA TIERRA… jajajaja. Bueno, sigo con mi papá, con el cual y del cual me apasiona tanto el fútbol. Yo tengo un curso toda la semana. Lo empezamos mañana y es hasta el jueves. Es sobre pastoral adolescente en contextos de pobreza y riesgo social. Pero el domingo falto a la tarde y me voy a festejar con él y los tíos esta vida que nos vamos regalando y que hacemos fiesta con el Dios de la Vida.
También, durante la semana fui tratando de ir resolviendo ciertas ansiedades que voy viviendo. Es que mi forma de amar me duele. No renuncio a eso. Pero duele de impotencia, de incomprensión. Es que amar con tanta intensidad, ocupado y preocupado por cómo está, cómo vive, qué le pasa, qué necesita… ¿Cómo amar según lo que el otro y la otra necesitan? Y que nos haga bien. Y que crezcamos. Y que creamos. Y que vivamos en plenitud. Amar/Doler, dos caras de la misma moneda. Siento que es el desafío de toda mi vida. Y en eso estoy. Y por acá pasa mi pasión. Y el Reino. Este desafío es el tesoro escondido en un campo que encontré. Y lleno de alegría, vendo todo para hacerme de este tesoro.
Gracias por seguir compartiendo la historia. Y hacernos cómplices en el Espíritu.
Hasta la próxima.
Abrazo firme y tierno.
Diego
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