Hacía rato que no estaba un sábado en casa. Ya casi son los menos con tantos viajes y encuentros regionales. La MisaJoven y otra vez rostros cercanos. Y en los ojos vislumbrar nuevos sueños, ilusiones adolescentes que quieren y buscan explotar.
El domingo desayuné con papá y después me fui a pasear. Un momento de encuentro hermoso. Descanso, búsqueda, caminos distintos, pensarnos diferentes, sueños y proyectos. Amores que dan vida.
Luego la noticia de la pascua de Antonio, papá de Zami. Acompañarla, llegar a tiempo, estar con ella. Y esa sensación de vida/muerte/vida que pone en cuestión lo que vamos haciendo.
En la semana, estudio, trabajo, planificación. Descubrirme en las lecturas, pensarme y empezar a dar pasos en la clarificación de la construcción de la verdad de mí mismo. Hablando con Horacio, el padre inspector, estamos viendo qué posibilidades hay para el año próximo. Esto me tiene algo inquieto. Serenamente inquieto. Paradojas de las búsquedas.
Una alegría que quería compartirles. ¡¡¡Papá se va de vacaciones con sus hermanos!!! Es algo que me hace feliz. Hace muchísimo que él no se daba esta oportunidad. Se van a Córdoba por 10 días. Genial. No saben lo contento que estoy con esta noticia.
Con el estudio estoy a full. Estamos con la investigación. Es apasionante y como todo eso, lleva tiempo. También para psicología evolutiva tengo que hacer una entrevista a un/a pre-adolescente. Y transcribir y analizar. Un lindo trabajo. Ya les contaré cómo va quedando.
Hay tres nenitas chiquitas, hijas de amigas que están enfermitas. Lo del momento: tos, fiebre, moquitos. Nada demasiado preocupante. Pero que me hace pensar y rezar por tantas y tantos niñitos que mueren tempranamente por este tipo de enfermedades, que por negligencias, robos descarados, y mezquindades hacen doler tantos corazones y condicionar vidas. Y duelo con ell@s.
Hablando de eso, pienso en Haití, en Louis y Hubert, - que son dos hermanos con los cuales hice el curso de docencia en salesianidad en Quito este año - y todas las dificultades no sólo climáticas que van teniendo sino las consecuencias de las injusticias de los repartos y lo que deben estar sufriendo los más pobres en el país. Y no me basta con la oración. Louis nos contaba que estaban bien, y que esperaban no tener más problemas con las inundaciones. Aunque ahora se viene el «Ike»… Tomados de la mano, seguimos ahí, estando.
Es cierto que “si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá”. Esta es de las certezas más lindas que nos regala nuestra fe. Y la buena noticia que trae es que es una tarea comunitaria el ejercicio de la misericordia y el camino del perdón. Donde antes se le daba a Pedro el poder de atar y desatar, ahora es a ustedes, a toda la comunidad de discípul@s a quienes les manda la misericordia. Una tarea de tod@s. Y esto sí que es una gran buena noticia. Como para compartirla, y ejercitarla.
Hasta la próxima.
Abrazo continental.
Diego
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